Último empujón.

Que rápido nos acostumbramos a lo bueno. Prácticamente ya no quedaba nada, pero aún así, ya lo daba todo por acabado. Solo me queda por terminar un trabajo. Un trabajo que podía tener ya terminado desde hace, aproximadamente, unos 2 meses.

Como de costumbre, siempre se dejan las cosas para el último día. Ahora es cuando el tiempo se viene encima y parece que no vas a conseguir acabarlo. Todo por no haberlo acabado en su respectivo momento. Sabes que si lo hubieses hecho así, ahora mismo no tendrías por lo que preocuparte.

Pero bueno, no vamos a cambiar la forma de ser hasta el último día. Seguramente esto lo haces así porque en verdad luego lo vas a terminar por echar de menos. 

Qué rápido pasa el tiempo...

Cándido Matoso.