Es increíble como es la gente. De estar feliz por una buena noticia, aparece un subnormal que, en menos de 2 segundos, hace que me cabree. Como odio pasar de la alegría a la rabia en un abrir y cerrar de ojos. Si al menos fuera al revés, no me quejaría tanto.
Esto pasa porque siempre esta la típica persona a la que nunca se le puede decir nada, ya que ésta siempre tiene razón. Si dice que la nieve es de color negro, pues es de color negro. A estos individuos vendríamos a llamarlos como cabezones sin remedio. Parece que nunca escuchan.
Bueno, mejor no le dedico más líneas a esto, que personas así no se merecen nada. Y es que es así de simple: Mi rabia fue fruto de una alegría que tú me jodiste.
Cándido Matoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario