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jueves, 5 de abril de 2012

Otro más.

Otro día más. Pero no uno cualquiera, sino uno de esos días que te suelen marcar bastante y durante bastante tiempo. Es un día de despedida.
Aparte de todo lo que hice durante el día (telita de la buena), para rematarlo, toca despedirse de alguien que no quieres que se vaya. Solo la puedes ver durante un rato y, ese momento que estas con ella, quieres que nunca acabe. Por desgracia, todo tiene un final (o eso dicen). Sabes que no es un adiós, es un hasta luego. Y aunque ya tengas bastante experiencia en el tema de las despedidas, algunas te siguen tocando la fibra más que otras. Eso será dependiendo de la persona, de lo que te importe...
Fue decir hasta luego y comenzar a contar los días que me quedan para volver a verla. Siempre esperando que el tiempo pase rápido. Nunca pensando en olvidarla, pues sabes que siempre tendrá guardado un trozito de tu corazón.

Cándido Matoso.

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