Vistas de página en total

martes, 10 de abril de 2012

Farsa.

Pensaba que era imposible pasar de la alegría a la rabia en menos de dos segundos. Mi entrada anterior ya no vale de nada. Todo lo escrito, tenía un sentimiento bueno. Estaba feliz por lo que iba a pasar. Que grata sorpresa cuando, justo cuando me iba a ir a dormir plácidamente, imaginándome con una sonrisa el futuro, de repente, todo se desmorona. Es como si cayera un jarro de agua fría y yo estuviese durmiendo.
¿Cómo puede ser posible que me hagan cosas así? Lo peor de todo es que lo que tú pensabas que era una alegría, en realidad es una farsa. Esa sorpresa que te daban, hacía que tu rabia se borrará, que desapareciera de tu cabeza.
Claro. Ahora, después de ver que todo era una mentira, ya os podéis imaginar como la rabia vuelve como una avalancha. Y no viene solo la 'cantidad' de antes, no. Viene multiplicada por mil.
Lo malo es que ahora, cuando me vaya a acostar, no podré dormir porque le estaré dando vueltas a la cabeza, haciéndome preguntas como: '¿Por qué me hacen estas cosas? ¿No se supone que si trato bien a la gente, merezco que los demás me traten igual?...'
No lo sé. En momentos así, pienso que soy demasiado bueno con la gente. Gente que a lo mejor no se merece que la traten así de bien. Me preocupo demasiado por los demás, cosa que, por lo que veo, los demás no hacen por mi.

Cándido Matoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario