¿Qué hubiera pasado si, por cualquier circunstancia, no hubiese ido ese día a ese lugar? ¿Nos hubiéramos conocido?
¿Qué hubiera pasado si hubiese nacido en otro lugar? ¿Hubiese triunfado en el baloncesto o ni siquiera hubiese dedicado mi vida a este deporte?
¿Qué hubiera pasado si...
Tantas preguntas y tan pocas respuestas. Nunca sabré lo que hubiese pasado si no hubiese tomado las decisiones que he tomado para llegar hasta aquí. Lo único que sé, es que no hay vuelta atrás. Así es el camino de la vida. Vas paseando tranquilamente cuando, de repente, te salen dos opciones. Tienes que escoger una, la que tu crees que es más correcta (a lo mejor al final no lo es). A partir de ahí, continuas con el camino, hasta que vuelve a suceder lo mismo.
La vida es un camino que se va ramificando a medida que vamos avanzando. Siempre intentamos seguir el buen camino, pero hay veces que eso no es posible. Aún así, siempre intentas que, aunque hayas cogido un 'mal' camino, de una manera u otra, puedas acabar por salir de el y volver, de esta manera, a la senda de la felicidad.
El pasado es intocable. El presente te sorprende. El futuro está aún por decidirse. Lo escribes tú.
Cándido Matoso.
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