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domingo, 25 de marzo de 2012

The End.

Todo lo que comienza, tarde o temprano tiene un final. Siempre que lo pasas bien, piensas en éste, y deseas, con todas tus ganas, que nunca llegue. Por desgracia, un día se tiene que producir la despedida, el adiós. A medida que van avanzando los días, empiezas a pensar en que pasará al final. Piensas en como actuarás cuando llegue el día y, lo que más te importa, como continuarás con tu vida.
Es duro que llegue un momento así. Solo tienes ganas de llorar.  Pero, si se piensa bien, es bonito. Muchos preguntarán porque digo eso, y es muy sencillo: Si te pones a llorar porque se acaba, es porque te lo has pasado como nunca. Querrías que eso nunca acabara y, si es así, que se vuelva a repetir cuanto antes.
Al final, muchos adiós te hace fuerte. El próximo que llegue, ya no llorarás, no. Tendrás una sonrisa de oreja a oreja porque te lo habrás pasado genial.
Lo único que nos queda pensar, es que ya no dices adiós; dices hasta luego.

Cándido Matoso

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